El economista analizó la crisis actual, hizo un repaso por la historia política-económica y apeló a la «independencia del Banco Central»
Alfonso Prat Gay pasó por Mendoza y fue claro con uno de los temas de debate del momento: «La propuesta extrema de la dolarización no cierra por ningún lado».
Durante una charla que tuvo como escenario la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo y en el marco de la Escuela de Formación Política, el ex ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación y ex presidente del Banco Central, hizo un profundo análisis de la actualidad económica argentina y descartó de cuajo la posibilidad de eliminar la moneda nacional.
Previamente, Tadeo García Zalazar, presidente de la UCR provincial, quien dio paso a la exposición, que luego tuvo una instancia de preguntas de parte del público: «Es necesario un debate, que requiere de información, calidad y que eso se vuelque a propuestas e ideas que transformen».
Siguiendo con el tópico de la dolarización, un planteo que Javier Milei ha deslizado en sus apariciones públicas, Prat Gay explicó que «un país que no tiene moneda es un país donde es muy difícil que funcionen las instituciones económicas: no se puede proyectar, invertir, ahorrar».
Así, se refirió a lo que denominó «una propuesta más razonable, más factible, que funcionó en Argentina y lo hace en otros países, que no es abandonar el Banco Central, sino darle independencia plena para que no sea un apéndice del gobierno de turno y para que la moneda recupere su credibilidad«.
De esa manera, recordó la Ley de Convertibilidad, sancionada en 1991, que equiparó el valor del peso al del dólar.
«Fue algo que funcionó durante un tiempo y terminó muy mal porque la solución no viene exclusivamente por el lado monetario, hay que hacer todo lo demás para que el régimen monetario sea sostenible en el tiempo
Después, volvió al presente y remarcó: «Surge ahora la idea de `tiremos al tacho el peso y cerremos el Banco Central`» y, luego de hacer cálculos, concluyó que «es una falacia la propuesta porque no tenemos los dólares para hacer esa conversión«.
Por eso ratificó: «Obviamente, no hay manera de que siquiera pueda llegar a considerarse una solución y mucho menos llevarse a la práctica. La consecuencia es mucha más inflación y recesión».
Participaron del encuentro, la diputada nacional Pamela Verasay, el presidente de la Cámara de Diutados Andrés Lombardi, los diputados Diego Costarelli, Daniel Llaver, José María Videla Sáenz y la senadora Yésica Laferte, entre otros.
Un Banco Central independiente
Por otro lado, el ex presidente del Banco Central, durante el gobierno de Eduardo Duhalde, analizó: «Creo que hay que cambiar el régimen monetario, pero sin necesidad de cambiar el signo monetario, lo que hay que hacer es volver a darle al BCRA la independencia que alguna vez tuvo«.
Mientras que marcó el 2012 como una «fecha que marcó el antes y el después» en relación a ese tema.
En ese sentido, rememoró que «Cristina Fernández de Kirchner ganó las elecciones a finales del 2011, y a partir de ahí empieza esto de ‘vamos por todo’ y eso incluía llevarse puesto también al Banco Central. Desde esa reforma en la carta orgánica, dejó de ser independiente, se modificaron muchos artículos, la contabilidad».
Causas, consecuencias y la apuesta a un programa de desarrollo
En otro párrafo, el economista opinó que «estamos discutiendo acerca de las consecuencias y no estamos yendo a las causas».
En ese sentido, dijo: «El desequilibrio monetario, es el reflejo de un desequilibrio anterior, que es el fiscal. Si siempre gastamos más de lo que recaudamos, como consecuencia, tenemos cada vez menos posibilidades de financiarnos, porque casi nadie nos quiere prestar, debemos recurrir al Banco Central».
«Por eso, todo el sistema fiscal asume que necesita la inflación para no tomar las decisiones duras que debiera. Y la demagogia y el populismo, convergen en este vértice. Se nos vende esta fantasía de que podemos hacer cosas sin esfuerzo, resolver las cosas sin recursos porque el BCRA inventa riqueza de la nada, cosa que obviamente no es así«, detalló.
Por último, dio su mirada acerca de lo que considera necesario para comenzar a salir de lo que definió como «un momento particular, de una decadencia que lleva muchos años e intentos frustrados».
«Ahora, hay que ver el régimen fiscal que le va a dar sustento al nuevo régimen monetario. Ver qué vamos a hacer con los planes sociales, con los subsidios, con el tamaño del Estado, y no veo muchas ideas en este sentido», manifestó.
Igualmente, expresó que «hay que invertir la lógica y realizar un cambio muy fuerte de los incentivos. Congelar las vacantes en el sector público, que no quiere decir empleados públicos, sino que el número no puede aumentar a lo largo del tiempo».
También habló de una «regla fiscal» que vigente en Brasil, donde «el gasto público tiene un tope en términos reales».
Asimismo, precisó que «hay que tomar una decisión muy concreta respecto de los subsidios (energéticos)», a los que calificó «unitarios, regresivos y no republicanos».
Finalmente, destacó que «es necesario un programa de estabilidad, que va a requerir de esfuerzos y sacrificios de todos, Y un programa de desarrollo, donde a medida que vayamos logrando ahorros fiscales, se podría proponer devolverle la mitad de lo que me ahorro, bajando los impuestos, por ejemplo».