El economista se sumó al ciclo de charlas de la Escuela de Formación Política del Frente Cambia Mendoza y realizó un repaso por la actualidad del país
Cómo conseguir la ansiada estabilidad económica, de qué forma bajar la inflación, su plan de desarrollo y la radiografía de las «cuatro Argentinas».
Todos esos temas abordó el economista Alfonso Prat Gay este jueves en el comité radical, donde se sumó a las charlas de la Escuela de Formación Política para hablar de la Argentina 2023 y de que manera «cortar con la crisis para el inicio de un nuevo ciclo».
El puntapié inicial lo dio Tadeo García Zalazar, quien, como presidente del partido en Mendoza, aseguró que «en el contexto en que vivimos es fundamental tratar de entender los desafíos que nos tocan en materia económica y política para que este país sea previsible, que se ordene y pueda crecer».
De hecho, repasó que, en la actualidad, «la primera preocupación de la gente es la incertidumbre por la economía, la segunda es la inflación y el deterioro del trabajo, y la tercera es el empleo porque a la mayoría no le alcanza con un salario tradicional para llegar a fin de mes».
Por eso, confió que «tener un Norte económico nos preocupa de sobremanera, creemos que no hay modelo de provincia posible si no tenemos un modelo de país que tenga esa estabilidad».
También estuvieron presentes la diputada nacional Pamela Verasay y Andrés Lombardi, presidente de la Cámara de Diputados de Mendoza, entre otros funcionarios.
Estabilidad, inflación y rol del Banco Central
Ante la consulta de cómo se construye un sendero de estabilidad económica y cómo bajar la inflación, Prat Gay consideró el papel del Banco Central de la República Argentina.
«Cuando el bombero del Gobierno es el Banco Central, no nos podemos sorprender de que el resultado sea la inflación», disparó el ex ministro de Hacienda de Mauricio Macri.
De esta manera, se refirió a la emisión de moneda que generó el Gobierno de Alberto Fernández en los últimos años: «Lo usaron para todo, para la pandemia, las elecciones, cuando se les cayeron los bonos en pesos y recientemente para comprar el dólar soja. Yo diría que este gobierno nunca tuvo la intención de bajar la inflación».
En esa línea de análisis concluyó que hay «que sacar el Banco Central del alcance de la política» y que «la inflación es la contracara de la desconfianza en la moneda, los precios suben porque cae el valor del peso. Pero, a la vez, hay más pesos en circulación. Hay que cortar con ese círculo vicioso».
Por otro lado, recordó la gestión de Alfredo Cornejo como gobernador y puso como ejemplo de ese límite a «la restricción del presupuesto a los funcionarios públicos».
Además, explicó que es necesario tener un programa fiscal coherente: «Hay muchas de las cosas que hizo Mendoza en los últimos años que se pueden copiar, como que haya una restricción presupuestaria, el congelamiento de vacantes (en el Estado) y la idea de ponerle un tope al gasto público en términos reales, que no es hacer ajuste».
«Eso hay que combinarlo con un programa de desarrollo, que estimule la producción, las capacidades que tenemos a lo largo y a lo ancho del país«, sentenció.
Las cuatro Argentinas y el plan de desarrollo
Asimismo, Prat Gay se refirió a los aspectos para sostener un plan de desarrollo en las regiones y la falta de federalización.
«En el país conviven muchas Argentinas distintas, algunas atravesadas por diferencias geográficas, otras tecnológicas, demográfico o social», opinó el economista.
Luego, hizo un mapeo entre cuatro, que evaluó de acuerdo al tipo de matriz productiva, capital y mano de obra.
Primero, inició «hay una moderna, con la última tecnología y que puede competir con el resto del mundo. Buena parte de la cadena agroalimentaria está en esa categoría, la industria del conocimiento, la vitivinícola. Es un sector intensivo en capital y poco intensivo en mano de obra».
Después, siguió, «con esa Argentina convive una vintage o rezagada. Son los sectores productivos tradicionales que no lograron reconfigurarse, está el ejemplo la industria textil. Poco intensivo en capital y muy intensivo en mano de obra».
La tercera, dijo «es la de los recursos naturales, como es el caso del litio, Vaca Muerta, la minería. Ahí el gran desafío es el cuidado del ambiente y cómo aprovechar esos recursos. Es muy intensiva en capital y poco intensiva en mano de obra».
Finalmente, decantó en «la Argentina excluida, postergada, ese 40 por ciento que no tiene lo suficiente para llegar a fin de mes, que participa de alguna de las categorías anteriores, pero que su vida está signada por la precariedad extrema. En algunos casos sin cloacas, sin acceso a red de gas, a la electricidad».
Entonces, manifestó que el plan de desarrollo que plantea «es una solución que atienda a las cuatro realidades y que las integre, el criterio que yo quiero acompañar e incentivar a aquellos sectores económicos donde se cumplan dos condiciones muy importantes: generación de divisas y puestos de trabajo».
Siguiendo en ese derrotero, señaló que la industria del conocimiento «es ideal porque ahí podemos generar divisas, empleos y atendemos a una parte de la población, que es la juventud que se nos está yendo y a la que le tenemos que dar una solución«.
El desafío del próximo Gobierno nacional
Por último, puso la lupa en el horizonte cercano: 2023 y los retos a sortear del gobierno que asuma.
Así, evaluó como «muy importante que, con acuerdo del Congreso, pueda establecer pautas de que ese recorrido se va a mantener a lo largo del tiempo».
Y enumeró el «sentido común y la sensibilidad fiscal» como premisas, al igual que «entender que no se puede gastar más de lo que ingresa. Esa será la gran batalla de los primeros días del próximo gobierno, va a exigir muchísima sinceridad en la comunicación, pero también claridad en el destino de estos cambios».
«Tenemos que explicar por qué hacemos esto. Quizá en los primeros meses va a ser doloroso, pero con el sacrificio y si vamos por este camino y cedemos un poquito, al final vamos a estar un poco mejor».